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jueves, 30 de septiembre de 2010

Lecturas. La espontaneidad.

"Aprendemos que hay que controlar nuestras emociones, estrangular nuestra espontaneidad, con el fin de estar "integrados", no diferenciarnos, para ser apreciados. Y así, agazapados, va disipándose la posibilidad de aplicar nuestra inmensa fuerza. En un momento dado, consideramos normal vivir obviando nuestros valores y talentos y nuestra capacidad para decidir, que, de tanto esconderla, creemos no tener".

El don de vivir como uno quiere. Concha Barbero de Dompablo.

Es.

Y cuando cierras un círculo, se abre otro. Y te sientes presionado a volver a cerrar este último porque una línea que comienza, te envuelve. Así andamos. Y sí, cerré aquel y lo olvidé -fácilmente, elegantemente- pero antes de cerrar los ojos-noctámbula empedernida- pienso en el siguiente. Prepararme para una despedida, lanzarme al vacío -goloso vacío-.

Adiós , ciudad del mar - desde mi orilla : la del punto y final-. Adiós, cobardes...un café preparado cada mañana -envuelto con sonrisas de espero que me pagues con la misma moneda-, unas palabras repletas de mentiras -amor,cariño y tu puta madre-, un sueño incompleto -dentro-o un libro sin leer-fuera-. Adiós, valientes...oír un te quiero -sin saber si es lo más real-, un te echaré de menos -saboreando el vértigo-, un estoy orgulloso de tu camino -sabiendo que te llevaré conmigo-, un vamos, que ahora es el momento-viviendo este segundo, y el siguiente-, unas lágrimas de cariño -llenas de propias soledades-, un no quiero ser como ellos -que bastante complicado me viene ya siempre todo-, un estoy contigo -sí: contigo-, un quiero que oigas la verdad -y no hay opción B-. Adiós.

Recordaré las ilusiones agotadas, los regalos de un sólo momento, el silencio junto al mar, las verdades espontáneas y un nuevo círculo que superpone al otro.

Un crescendo me arropa. El de un réquiem. El de un final. El de ese mar embravecido que hoy nos vio amarnos sin mesura- en la otra orilla, la del punto y seguido-.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Cerrar círculos

es eso: cerrar círculos. Unir el principio y el final de una línea -continua o discontinua ; qué más da, línea es- y cerrar el camino para que no pueda crecer. Dentro queda un vacío y fuera todo un espacio libre. Ahora sólo consiste en llenar ese vacío con todo lo que creó el círculo y colocar cada idea en su lugar. Dentro o fuera , pero en su lugar. Encerrada -olvidada-o volando, pero en su lugar.
El color del círculo no importa -prefiero el blanco-. El tamaño, también -pequeño, por favor-. El grosor de la línea es más delicado-no por más frágil me pesa menos-. Lo importante es cerrar muy bien el último punto -punto y final- y tener puntería en el lanzamiento hacia el más allá.

Dentro: me has destrozado. Fuera: se me pasará.

Cracovia sin ti

Y ahí me quedo. En una página que no es la última. Sin llegar al desenlace. Con un final que yo no sabré. Mientras lo leía sentía cómo cada día descubría algo que me enganchaba inevitablemente a la lectura aunque algunas páginas parecían tediosas. Frases con las que hubiera empapelado mi habitación, historias que me parecían no reales, una dosis de romanticismo que llenaba esas horas de silencio frente a un libro abierto. Hace días que lo aparqué, pero siempre lo trasladaba a donde fuera. Ayer también lo hice, ahora no sé dónde está.

Ya ves, Cracovia sin ti en mi. Puro paralelismo. FIN.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Frases inéditas

TE AYUDARÉ A VENIR SI VIENES, Y A NO VENIR SI NO VIENES.- El lado oscuro del Corazón-.

Sabia frase. Y parte de mis recuerdos. O de mi hoy. El caso es que me parece digna de no olvidar. Empeñarse en lo contrario significaría hacer cualquier cosa menos ayudarnos a nosotros mismos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Una de niña repelente...

La teoría de las expectativas de Vroom dice así : " todos los individuos tienen diversos grupos de metas y pueden ser motivados si tienen una serie de expectativas".
Muy propia de grandes empresas, o de gabinete de psicología, pero fácilmente aplicable a mi vida, a la tuya. Las expectativas son fáciles de crear -o al menos yo lo hago con un sólo chasquido de dedos-, y a su vez, lo más fácil de destruir -si no se llamaran expectativas, estarían al alcance de esos dedos-. Lo primero, motivador. Lo segundo, frustrante. Y así vivimos, creando y destruyendo.
La enseñanza de esta teoría -para mi- no es otra sino que no debería de existir. Habría que vivir estando preparados para lo que venga y punto. Tener nuestras propias metas y no buscar más motivación que la de sentirse feliz con uno mismo. He dicho.